Si pudiera, tejería una mantita con los recuerdos de mis vacaciones. En ella pondría unas montañas austríacas de fondo, con lagos helados, mucho verde y puntiagudas iglesias. Añadiría unos retales de amigos riendo, una familia alrededor de una masía centenaria, un jardín mimado y lleno de color, chapuzones en compañía, risas, juegos y mil preguntas de mis hijos. También pondría unas relajadas siestas en una cómoda hamaca, tranquilos paseos en bicicleta por la costa mediterránea, tardes perezosas en la playa, el azul del mar, sus aguas tranquilas y plateadas al atardecer, la luna y sus estrellas. Hilaría monumentos impactantes y grandes obras modernistas barcelonesas con largas caminatas en familia por las bulliciosas calles de un Londres post-olímpico. Daría forma a los lugares secretos de esa gran ciudad, sus monumentos emblemáticos, sus increíbles parques y sus maravillosos tés. Y tejería tantos otros pequeños detalles y grandes sensaciones veraniegas que me sería muy difícil terminarla...
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| Fotos: Clara Roig |
En cualquier caso, si tejiera esa manta, la tendría siempre cerquita para transmitirme el "calor" de los días de vacaciones durante el largo curso que está a punto de empezar. Y es que ahora toca seguir el camino. Pronto llegará el mes de septiembre. Y luego vendrá octubre y noviembre... Pero eso, queridos amigos, ya es harina de otro post así que, continuará...
